Tarde de compras.

Hoy le tocaba algo que odiaba: ir de compras. Pero no le quedaba mas remedio que hacerlo, tenia que renovar el vestuario para el trabajo y de paso comprarse algo para los dias normales. Recorrio el centro comercial, con la lista de lo que necesitaba en la cabeza y fijandose en los escaparates por si veia algo que le llamase la atencion. Queria algo atrevido para el trabajo y eso lo encontraria en la tienda de lenceria.
Para su ropa normal lo encontraria en otra tienda a la que era asidua desde hace años, practicamente desde que empezo a vestirse sola y tuvo edad suficiente para decidir lo que queria vestir.

Estaba en el centro comercial, cosa que me daba mucha pereza, estaba allí por una razón: Necesitaba ropa. Cogí el día de descanso más cómodo posible para ir de compras. La verdad salir de casa me costaba dios y ayuda pero luego iba bastante rápido y solía estar en casa como en unos pocos minutos. Pero, cuando llegue a la tienda, y entre vi a una figura conocida, me acerque a ella y pregunte alzando una ceja:
-¿Tabatha, eres tú?
Dije confuso, la mire de arriba abajo, estaba de espaldas y por eso no la podía reconocer. Seguí esperando su respuesta pacientemente.

Estaba tan ensimismada mirando unas cosas que, cuando alguien la hablo, pego un grito y dio un salto.
- ¡Ay, dios!
Se dio la vuelta buscando a la persona que le habia pegado tal susto y se encontro a Sam. Enseguida sonrio como era su costumbre.
- La misma que viste y calza. La proxima vez haz un poco de ruido ¿si? Me asustaste.
Miro lo que tenia en la mano: la ropa interior que habia estado mirando y la escondio detras de ella.